10 de marzo: fiesta de Santa María Eugenia, fundadora de las Religiosas de la Asunción

El compromiso de María Eugenia con la educación, la formación y el acompañamiento de las personas, tenía como objetivo la transformación personal para lograr un impacto positivo en su entorno. Ella misma se dejó formar y transformar a través de los acontecimientos, de los encuentros y de la gracia de su vida religiosa.

En la fiesta de Santa María Eugenia, celebramos esta educación transformadora de la cual somos herederos. Es la ocasión favorable para agradecer a Dios la educación recibida de nuestras familias, con sus logros y éxitos y con sus heridas y fracasos. Todo ello influye, enriquece y completa nuestra manera de ser educadores.

El camino de Marie Eugenie puede ser una invitación a preguntarnos cómo nos dejamos afectar y transformar por nuestra misión educativa. Educar requiere que entremos en un proceso de conversión y de transformación personal. Porque al educar debemos también educarnos, la educación debe dar frutos en nosotros, para nosotros y para los demás.

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Según María Eugenia, la noción de transformación personal del educador debe ser perceptible en su capacidad de vivir en coherencia con los valores evangélicos y en su fe en una posible transformación de los demás. Nos lo recuerda el Texto de Referencia: « En la Asunción, el acto educativo brota de una actitud contemplativa y de una capacidad de conversión y de transformación personal”[1]. Esta es una gracia que recuerda que la misión no nos pertenece. Somos enviados.

A través de su carisma de educación, la Asunción comparte la misión de la Iglesia que a su vez participa en la misión de Dios. Toda la Biblia se puede entender como una maravillosa historia de amor en clave de educación. Porque educar al hombre es la gran tarea de Dios, el pedagogo por excelencia. « En ello es verdaderamente el primero de los educadores. Él es quien traza el camino »[2]. (cfr Prov 1-9, Dt. 8, 5-6)

A lo largo de los siglos, Dios condujo al pueblo que se escogió. A través de su Iglesia, continúa educando a la humanidad para traerla hacia sí en su totalidad. Así es como María Eugenia entendió la misión que la Iglesia confió a la Asunción: dar a conocer y amar a Jesucristo y trabajar para recapitular todo en Él a través de la educación[3].

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Manila, 9 de marzo de 2018
Hna. Martine TAPSOBA


[1] Texto de Referencia, La educación en la Asunción, Congreso de 1998 – capítulo V “Los valores” Puntos de referencia

[2] Eduquer, conduire au large, dans les Cahiers Croire, nº 283, sept-oct 2012 p.11

[3] Regla de Vida de las Religiosas de la Asunción, nº 76

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