El encuentro es con la Paz: movámonos.

En un contexto global de incremento de las violencias, donde se dan asesinatos contra líderes, lideresas sociales y excombatientes de las FARC, el genocidio contra los pueblos étnicos, los jóvenes, los feminicidios, la violencia intrafamiliar, el aumento de la pobreza, la miseria y la violencia cotidiana, nos obligan a redoblar esfuerzos en defensa de la vida y el respeto por los Derechos Humanos. Esta situación en nuestro país está enmarcada en la pandemia generada por el COVID19, que ha implicado una serie de retos sociales y nos llama a reencontrarnos y reconocernos como seres humanos desde la solidaridad, la esperanza, que nos conduce a ser gestoras/es de acciones de Paz.

Consideramos la construcción de paz como un proceso que se teje desde los diferentes territorios (personal, familiar, emocional, comunitario, escolar, social, y ecológico), por considerar que un territorio de paz es aquel capaz de integrar personas, grupos, familias y comunidades en general.

Territorio Personal. El reencuentro es con el autocuidado y el cuidado de los otros.

Hablamos de territorio personal para señalar que la paz es un concepto que pasa necesariamente por un proceso integral de pensar, sentir, actuar. Cuidar supone estar atento a lo que necesitamos, sentimos, pensamos y la forma como actuamos para ser consistentes en la construcción de convivencia; así como estar atentos/as a lo que siente, piensa y necesita el otro/a

Al mismo tiempo reencontrarnos con la importancia de cuidarnos para cuidar a los demás, sembrar semillas de amor para germinar y entregar a la sociedad frutos de paz, solidaridad y reconciliación.

¿En nuestras comunidades, en nuestras familias estamos atentas a desarrollar creativamente estos valores?

Territorio familiar: El reencuentro es con el amor y la confianza.

Privilegiamos el territorio familiar para denotar la importancia que tiene este vínculo fundamental entre niños, niñas, adultos y adultos mayores, que se pueda enfatizar en la confianza y la resolución pacífica de los conflictos.

Las familias son el escenario privilegiado para el aprendizaje de los hábitos, rutinas y costumbres de todos quienes allí participamos; se aprende el odio o se aprende el amor; se aprende a participar, a escuchar y a compartir, así como otros valores sociales. El reconocimiento y respeto de la diferencia como condición indispensable de la construcción de paz, son hábitos que se aprenden en familia.

¿En nuestra misión con las familias, territorio de paz estamos atentas a construir lazos de solidaridad, respeto, no violencia y transformación social?

Territorio emocional: El reencuentro es recuperando la esperanza, el amor y la solidaridad.

La construcción de paz es un proceso socio-emocional. Muchas veces la indignación ha sido el motor para que las comunidades alimenten acciones de movilización y el desarrollo de proyectos y programas territoriales. Pero la indignación sin empatía nos lleva por un camino de resentimiento, odio y dolor.

Resaltamos este territorio, para señalar que, en este momento de coyuntura nacional, requerimos usar el motor de las emociones para estar más conectados entre nosotras/os a pesar del distanciamiento físico.

¿Qué cambios nuevos queremos provocar a este nivel?

Territorio comunitario: El reencuentro es con los otros y las otras.

Cuando pensamos en una comunidad imaginamos un sistema humano cohesionado, con características similares y algo que los une, asumiendo la diversidad, la diferencia como riqueza que se incorpora en un proyecto común y hace posible que a partir de la escucha activa de diferentes voces, se garantice el que todos(as) aporten, construyan y se fortalezcan.

¿Nuestras comunidades, nuestras familias son espacios para construir sentires comunes?

Territorio escolar: El reencuentro es con la convivencia. y las pedagogías de la memoria, la paz y la reconciliación.

La escuela es el espacio donde los seres humanos se entienden a sí mismos como ciudadanos y agentes políticos, por ello la escuela se convierte “en el proyecto educativo cultural de una sociedad que se refunda en la democracia, la justicia social, los derechos, la dignidad humana y la paz integral.  La escuela, investiga y aprende caminos alternativos para la resolución de los conflictos con el otro y no a costa del otro.

¿Como padres y madres, cuál es nuestra colaboración con la escuela, estamos atentas/os a lo que viven los niños/as y jóvenes allí?

Territorio social: El reencuentro es con la vida digna primero. El cuidado de los niños, niñas y adultos mayores.

Hablar de paz como sociedad, es un desafío cada vez mayor. Se requiere un diálogo de saberes que facilite la construcción de significados sobre la palabra paz y sus formas en cada territorio. Los colombianos debemos defender lo social como un territorio de paz. La paz se construye desde la raíz misma de la humanidad, en el encuentro, en la conversación, la toma de decisiones, en la participación, la inclusión, en el reconocimiento de necesidades y garantía de derechos, esto, hacen posible que todos (niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos) asuman como práctica cotidiana los valores de la paz.

¿Son nuestras comunidades, nuestras familias, lugares de encuentro, de inclusión, de participación?

Territorio ecológico: El reencuentro es con el cuidado de la tierra y el medio ambiente.

Se trata de fortalecer la ética del cuidado, tal y como lo expresa Leonardo Boff, “Cuidar es más que un acto; es una actitud”, es tiempo de cambiar las actitudes de indiferencia y abandono que nos desconecta con el cuidado de la vida, fomentar el sentido de pertenencia dentro del territorio, en la casa común.

La actitud de respeto y cuidado con el medio ambiente es un asunto en el que todas y todos estamos involucrados y sobre los cuales se debe tener actitud constante de acción, protección, cambio y reencuentro.

¿Cuidar la casa Común es hoy una misión para nosotras y nosotros? qué podemos implementar o crear para hacer este cuidado?

Gloria Hilda, Hilda y Blanca Marina, hermanitas de la Asunción

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